Alegrías en giros, revoltijos de nervios en manojos de exámenes físicos, carreras mentales por el puente colgante que nunca reventó sus lingas de piola podrida. Corridas por un valle que conozco pero que lo puedo reconstruir como nuevo. Niebla intensa sin dejar que vea, quiero sentir como lo desconocido me asusta para reír y sentirme un extranjero que hoy volvió de un viaje. En cuanto menos sepas de mi mejor, que todo lo nuestro sea empañado por la respiración pura y clara de las ideas sobre esos lugares horizontales o verticales amejillonados que crujen con tu canto pausado al ritmo de mis dedos cortándose por deslizar el placer en el legendario murallón de los barcos.