habla poco, pero dice mucho.
son muy pocas las veces que lo dejan hablar. generalmente, forma parte del ruido de fondo de la conversación de ella. no digo que esté mal, sólo es la realidad.
entonces el otro día, ella se fue por un instante, y fue ahí que escuché lo que estaba hablando, porque estaba diciendo mucho. era una historia antigua, tenía unos cuantos años: el hierro de la casa, la propuesta de sociedad, el no haber tenido huevos, la situación económica....
todo terminó en un gran empujón, un sutil pero directo atrévete, que no tengo nada que perder, que tengo todo por delante.
... y entonces volvió ella, y todo volvió a la normalidad.