se esconde tras el algodón emplumado
todo un océano de lágrimas.
agua y sal, entre fantasmas
que se burlan de mí.
ignorante.
en ese momento las garras rechinan
estridentes contra la pared.
es un grafiti de dolor
que solo tú puedes ver.
en ese instante estalla la burbuja
y se escucha el llanto del alma,
que deja ver su miedo
de perder tu mágico encanto.
con intentos de consuelo,
mi ansiedad,
en vano se queda sin aliento.
¿acaso no ve que la luna es enorme?
será talvéz demasiado,
o no alcanza con buenas intenciones
pesamiento frustrante
que es quizás el eje de la conclusion.
y lentamente se esconde,
tras la calma,
la tormenta.
sueña pesadillas, y se despierta,
insensata de sensibilidad.
en ese instante estalla la burbuja
y se escucha el llanto del corazón.
que teme dejar escpar el mágico encanto,
el aire que respiro.
con telar de palabras
tejes el abrigo de mi corazón.
con su ausencia
dejas desnudos mis peores desconsuelos.
las palabras son víctima
de las interpretaciones caprichosas.
majaderías
que a placer deforman los reflejos.
con silencios se escriben los sobreentendidos
que entibian el alma
o ese balde de agua fría.
en la ausencia de guión hay un equilibrio
entre lo que no se dirá
y lo que no se adivinará.
quedarán las causas
y sus efectos.