Yo quiero que todos los poetas canten la rosa roja y la rosa blanca, los ojos azules y los ojos negros, los días de sol sobre la arena y las noches de sombra tempestuosa. Yo quiero que todos canten sus amores.
Si no lo hicieran, estarían traicionando sus propios mandamientos imperiosos. Pero hay una traición más aterradora, y es la de que nuestro canto no comparta, no recoja, no guíe los caminos del hombre. La sociedad humana y su destino es materia sagrada para el cuidadano, pero para el poeta es masa creciente, creación profunda, obligación original. ( NO HAY POESÍA SIN CONTACTO HUMANO). En el pan de mañana deben ir señaladas las manos del poeta.
Pablo Neruda.