En el primer año de su vida en la capital nunca logro completar una clase. De mal en peor con sus estudios. En el fondo sabia que serias un excelente profesional si no tenias la mala suerte que se reventara el hilito de coser que aguantaba tu frágil personita. Después de unos años logre el titulo, licenciado en artes plásticas, seguidamente viaje por una beca de intercambio a parís. La beca era por tres meses, yo estuve cuatro porque me fui a visitar a un amigo en Barcelona. Mi dirección hasta hoy es la misma 2634. En el aeropuerto me esperaba mi vecino, el dueño de mi galería, siempre haciendo bromas de que nuca duro tanto un inquilino aquí. Salimos desde el aeropuerto para mi casa, ese aire que había en la capital me decía algo. No se, la sensación era como la de los viejos tiempos, todos llegando de Maldonado apurados para irnos a chancletear por 18. Baje del auto sacando la llave y pensado en mi cama sin pasar por la ducha y bostezando. Una nota en la puerta en papel cuadriculado sostenido con un broche de pelo en la reja. Tome la nota entre las valijas y ejecute el plan que había pensado al bajar del auto. El broche quedo sobre la mesa de la sala mordiendo el papel. Al DIA siguiente desperté con la música de los ómnibus, lo extrañaba. Estaba mejorando con el pasar de los años a las 12 del mediodía había abandonado la cama. Y nuevamente a la rosca de la capital una mesa repleta de papel dibujado, mensajes en putrefacción adentro de la contestadota. Deje todo el desorden para cuando volviera de dar clases y pelearme con el en la noche. En la esquina secuestre a un taxi mientras miraba chucherias en un puesto ambulante que ahora existía ahí cerca de mi casa. La bienvenida de mis colegas fue muy grata ya que casi todos seguían mi bitácora. De regreso quise caminar así que sacrifique mi cuerpo, la señora del puesto de chucherias yéndose de la esquina me observaba mientras guardaba cajas de cartón en cajones de verdura. Luche y triunfe en mi casa sobre el desorden y la nota seguía presa en el broche de color celeste claro. El papel decía, te dejo un beso paso en otro momento. El mate en una mano el papel en el la otra como enfrente de un acertijo, y una ceja fruncida hacia arriba con un mmm de dudas quien puede ser. El broche delata que fue una mujer, pero que tipo de mujer había conocido yo como para que tenga esa idea del broche y no por debajo de la puerta. Se estaba queriendo identificar sin dar nombres. El timbre sonaba delicadamente ese mediodía, como si un dedo frágil lo estuviera oprimiendo, teniendo en cuenta que es horrible como suena mi timbre, mas o menos es como despertarte con un chorro de agua helada en las orejas. Nunca llegue a la puerta cuando abri solo esta el canasto de la basura enfrente mío. Por curiosidad salgo mas a la vereda y veo a la señora del puesto de chucherias, una mujer le estaba comprando algo, que bueno pensé, porque nunca la había visto vender nada. Aprovechando que ya estaba despierto desayuno y a pintar. Un silueta se forma en la puerta a trabes de las cortinas, baje la música y la mire, nunca abro la puerta ni el corazón a extraños que no avisan quienes son y menos a impositiva que todos los dias viene y con forma de mujer. Estuvo un segundo hizo algo ahí en la puerta y se fue, ya convencido fui a buscar el cartel de clausura de mi local. Abro la puerta y otro broche del mismo color me sorprende, esta ves decía que, bueno seguramente estabas durmiendo y no llegaste a la puerta, pero si se que vives aun aca, te dejo un beso. Desconcertado me fui a la panadería por mi desayuno, en la esquina el puesto de chucherias sobre paño y entre los artículos para vender estaban presentados 5 broches rosados, 5 rojos, y 3 celeste claro, exactamente iguales a los dos que yo tenia en mi casa. En ese momento me di cuenta quien me había estado visitando, y quien era la mujer que vi en el puesto de la esquina ese mediodía y nunca llegue a la puerta. Al DIA siguiente deje los broches mordiendo la reja con una nota cada uno en papel de dibujo, como para que te dieras cuenta que sigo con mis pinturas y eso para ti significaba mi descuido en nosotros Una manera de avisarte de que no fue un capricho de joven. Paso una semana, yo estuve poniendo y sacando los broches cada DIA. Un sábado triste apareció la silueta y saco los dos broches leyendo las notas y apoyando la mano en el botón de mi feo timbre. Antes de que lo hiciera grite, esta abierto pasa... la proyección quedo congelada por un momento detrás de las cortinas y luego empuño el mismo pestillo que hace diez años atrás, entro miro el lugar no me dijo nada y pregunte, porque nos toca encontrarnos hoy un dia tan triste.? Me contesta, sino me sonríes ahora mismo te voy a odiar el resto de mi vida. No eras capaz de interrumpir mi risa, yo no era capaz de tocar tu seriedad adornada por los ojos mas sufridos que he conocido en mi vida, sabiendo que adoro estos encuentros.